sábado, 16 de julio de 2016

Psicólogo: Digiriendo la catástrofe

<Algunas mensualidades ulteriormente...>



Insistía sin "digerir" el transcendental perecimiento que acarreó Andrea, pese a ello bregaba entre la conmoción, el cerote, el retraimiento y con mi propia perspicacia.





Por medio de una gorgoja lucerna consentía las fases espaciarse, como si el hálito que le fue despojado a ella me lo hubiesen extirpado a mi.





Albores y crepúsculos, frigidez y estuosidad, claridad y estratos... Imperecederamente percataba su aura, como una sedosa ráfaga que circuía mi lábil tronco y pese a ello, empeñé alebrando descarriarme.





Paula: - ¿Lucía? ¿Perpetúas acá?- Aquella fonética libertó que su fantasmagoría se fletara, que todo en lo que teorizaba se disipase y así polarizándome al elemento orgánico.




-Claro... Solo estaba recapitulando... - Me zafé, pues desde que Andrea boqueó, representó un tenaz empellón del que no obstante clamo vigorizarme...

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