miércoles, 18 de mayo de 2016

Andrea: La despedida final

Mausoleos, cambrones y azagadores de sílices. Cipreses, magnolios e incluso secuoyas aluciaban esta tétrica esfera; Crisantemos, hibiscos, camelias, rosetas y plumerias acicalaban centurias de aureolas a tu alrededor.



Interjecciones de amaritud, resquemor y opresión... Misivas, homilías y alaridos... Que no se contenían de apelar el fundamento de tu escalada al éter, celajes u empíreo.



Listones aglutinados; Tornasolados en anilina blanquizca que infiltraba un mayúsculo aplacamiento pese a la condición... Y un crucifijo, deificado por diluente beatífico, se avistaba declinarse junto con tus detritos mundanos a los aledaños de la Tierra.




-"Evoca"- Trabaste mi palma exangüemente, además de glacial, asemejandose a un frígido zarzagán y te sellaste modulando tus irrevocables parolas:

-"Lo que hemos acaecido anexamente... Que sea apto como aleccionamiento para todo aquel que ha dirimido replegarse..."





- No visaré que esta indisposición me arrolle... Te lo certifico... - Runruneé coincidentemente a que tu féretro era entapujado por ahusado sílice y su concerniente obturador de mármol.

Únicamente me hallé inanimada; Mis concavidades que divisaban bajo mis espejuelos de astro, izaron su desmadejado jaspe, fisgando el diáfano infinito y la fulgurante hegemonía del Sol.





-Nos reuniremos en la nirvana... Te quiero Andrea.